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Rafa Latorre reflexiona en su monólogo sobre la polémica que ha rodeado al PSOE tras la dimisión del secretario de organización, Santos Cerdán, y tras las palabras de sorpresa y tristeza por parte de Pedro Sánchez ante este hecho.

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Este segundo mandato de Pedro Sánchez nació con un acto supremo de corrupción política: la promesa de una Ley de Amnistía para Carles Puigdemont. Aquello que parecía inconcebible antes del 23 de julio se convirtió, la misma noche electoral, en una promesa de investidura.

Quien asumió la delicada misión de negociar con Puigdemont fue Santos Cerdán, hombre de máxima confianza de Pedro Sánchez. Acompañado de su hijo Antolín, Cerdán se trasladó al Sofitel, donde esperaban la decisión del líder independentista. Deglutieron uno tras otro los puntos de la mitología nacionalista. Incluso se llegó a hablar de los Decretos de Nueva Planta en el acuerdo con Junts, algo que en otro tiempo habría resultado impensable para el PSOE.

Cerdán, quien realizó múltiples visitas a Puigdemont en Suiza, ha caído. Es ya el segundo secretario de organización consecutivo en dimitir en la era Sánchez, tras José Luis Ábalos. La situación ha provocado una reunión urgente de Junts per Catalunya con Pedro Sánchez, en lo que parece un intento de renegociar la investidura. Cuanto más débil es el Gobierno, mayor es el precio que impone Junts a su apoyo. Si Sánchez accede, serán Jordi Turull y Miriam Nogueras quienes le presenten una nueva factura.

La debilidad del presidente es extrema. Santos Cerdán, su hombre de máxima confianza, aparece retratado en un informe de 500 páginas de la UCO, un documento tan contundente que ni siquiera se habla ya de presunción de inocencia. Pedro Sánchez lo ha condenado públicamente, en lo que muchos consideran un intento por salvar su propio liderazgo.

En un ejercicio de patetismo y con la voz sobreactuada de un penitente, Sánchez ha pedido perdón a la ciudadanía. Donde antes se exigía una dimisión, ahora se propone una auditoría interna. Pero lo que el PSOE vive es una crisis sin precedentes: dos secretarios de organización imputados o al borde de la imputación, y una acusación que sugiere que la Secretaría de Organización actuaba como una organización criminal.

No solo el partido está implicado. José Luis Ábalos, exministro de Transportes, gestionaba una de las carteras con mayor presupuesto del Estado. La sospecha de que esa área también funcionaba como una red corrupta agrava el escándalo. Santos Cerdán, tras la detención de Koldo García y la posterior imputación de Ábalos, se ha visto arrastrado por un informe que lo sitúa en el corazón de un esquema de comisiones y adjudicaciones irregulares.

El aparato de propaganda del PSOE negó durante días la existencia del informe. Ahora, Pedro Sánchez asegura que no tenía conocimiento previo de su contenido. Pero el documento es demoledor. Describe una organización criminal en el núcleo del PSOE, con detalles de diálogos que sugieren amaños, mordidas y prácticas propias de la corrupción más clásica.

Incluso se habla de un posible amaño en las primarias de 2014, fuente de legitimidad orgánica de Pedro Sánchez. La UCO no imputa delitos en su informe, pero los indicios son tan poderosos que el juez ha citado a declarar a Santos Cerdán el próximo 25 de junio, ya sin su condición de aforado.

Sánchez ha reaccionado como quien descubre una traición personal: "¿Cómo pudiste hacerme esto?", parece decirle a Cerdán. Pero la gravedad del momento no permite personalismos. Los indicios afectan al núcleo mismo del sanchismo. Si las acusaciones se confirman, podríamos estar ante un caso de financiación irregular del PSOE.

El informe de la UCO, que incluye la frase: "Ábalos y Cerdán habrían percibido altas cantidades de dinero como consecuencia de la adjudicación de contratos de obra pública", sella el carácter histórico de esta crisis.

Mientras la oposición pide explicaciones y dimisiones, Santos Cerdán ya ha comunicado a Pedro Sánchez su renuncia a la Secretaría de Organización y a su acta de diputado. Esto último podría tener implicaciones en su futuro judicial.

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